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Apocalipsis 11:13 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

13 Atrás ha quedado la segunda calamidad, pero la tercera está a las puertas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 En ese mismo momento, hubo un gran terremoto que destruyó la décima parte de la ciudad. Murieron siete mil personas en el terremoto, y todos los demás quedaron aterrorizados y le dieron la gloria al Dios del cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 En ese momento se produjo un violento terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad, pereciendo en el cataclismo siete mil personas. Los supervivientes se llenaron de espanto y reconocieron al Dios del cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 En aquella hora hubo un gran terremoto,° y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y en el terremoto murieron siete mil hombres,° y los demás se llenaron de temor, y dieron gloria al Dios° del cielo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 En aquel momento se produjo un gran terremoto; se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron por el terremoto siete mil personas. Los demás quedaron quedaron sobrecogidos de espanto y dieron gloria al Dios del cielo.

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Apocalipsis 11:13
21 Referencias Cruzadas  

Los fariseos le llamaron por segunda vez y le dijeron: - Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Reconócelo tú también delante de Dios.


Uno de aquellos días, Pedro, puesto en pie en medio de los fieles, que formaban un grupo de ciento veinte personas aproximadamente, habló como sigue:


Oí entonces una fuerte voz que los llamaba desde el cielo: - Subir aquí. Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.


Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer vestida del sol, con la luna por pedestal y una corona de doce estrellas en la cabeza.


Gritó, pues, con voz poderosa: - Temed a Dios y dadle gloria, porque ha sonado la hora del juicio. Adorad al creador del cielo y de la tierra, del mar y de los manantiales de agua.


¿Cómo no temerte, Señor? ¿Cómo no engrandecerte? Sólo tú eres santo. Ante ti vendrán a postrarse todas las naciones, porque se han hecho patentes tus designios de salvación.


Alegrémonos y gocémonos y ensalcemos su grandeza, porque es el tiempo de las bodas del Cordero. ¡Mirad a la esposa engalanada,


Bien es verdad que ahí, en Sardes, viven contigo unos cuantos de conducta irreprochable; un día me acompañarán vestidos de blanco, porque así lo han merecido.


Vi cómo el Cordero rompía el sexto sello. Se produjo entonces un formidable terremoto; el sol se oscureció como si vistiera luto; la luna se volvió como se sangre;


Entonces, el ángel tomó el incensario, lo llenó con las brasas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y retumbaron los truenos, los relámpagos cruzaron el cielo y la tierra se estremeció.


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