Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





2 Corintios 1:5 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

5 Porque si bien es cierto que como cristianos no nos faltan sufrimientos, no lo es menos que Cristo nos colma de consuelo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pues en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo recaen abundantemente sobre nosotros, el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque así como abundan en nosotros las aflicciones del Mesías, así abunda también por medio del Mesías nuestra consolación.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Porque, así como abundan en nosotros los padecimientos de Cristo, así también, mediante Cristo, abunda nuestra consolación.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 1:5
13 Referencias Cruzadas  

Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón,


Cayó a tierra y oyó una voz que decía: - Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?


Y si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo, por cuanto, si ahora participamos en sus sufrimientos, también compartiremos la gloria con él.


Así lo espero ardientemente, seguro de no quedar defraudado y de que en todo momento, tanto si estoy vivo como si estoy muerto, Cristo manifestará su gloria en mi persona.


Si alguna fuerza tiene una advertencia hecha en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu, si alienta en vosotros un corazón afectuoso y compasivo,


Quiero conocer a Cristo, experimentar el poder de su resurrección, compartir sus padecimientos y morir su misma muerte.


Ahora me alegro de sufrir por vosotros. Así voy completando en mi existencia corporal, y en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que aún falta al total de las tribulaciones cristianas.


Me has acompañado en las persecuciones y los sufrimientos, como los que padecí en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones tuve que soportar! Pero de todas me libró el Señor.


Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos