Tu ira en verdad nos consume, tu indignación nos aterra.
Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados.
Nos marchitamos bajo tu enojo; tu furia nos abruma.
Por tu cólera somos consumidos, tu furor nos deja anonadados.
¡Cómo somos consumidos por tu ira Y turbados por tu indignación!
Nosotros perecemos en tu enojo en tu furor nos consumimos,