Sácame del fango; no permitas que me hunda. Líbrame de los que me odian, y de las aguas profundas.
Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
Rescátame del lodo; ¡no dejes que me hunda aún más! Sálvame de aquellos que me odian y sácame de estas aguas profundas.
Sácame del barro, que no me hunda; líbrame del vértigo del agua profunda.
Sácame del lodo, y no dejes que me hunda; Sea yo libertado de los que me aborrecen, Y de las profundidades de las aguas.
Por mi parte, Señor, a ti va mi plegaria en el tiempo propicio. Por la grandeza de tu amor, respóndeme con la fidelidad de tu socorro.