No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte.
Detén tu pie de la casa de tu vecino, No sea que hastiado de ti te aborrezca.
No visites a tus vecinos muy seguido, porque se cansarán de ti y no serás bienvenido.
No vayas demasiado a casa de tu prójimo: podría cansarse y tomarte antipatía.
No frecuente tu pie la casa de tu vecino, No sea que, harto de ti, te aborrezca.
No vayas a menudo a casa de tu prójimo, no sea que se harte de ti y te aborrezca.