»El que tenga oídos para oír, que oiga», añadió Jesús.
Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
Luego les dijo: «El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda».
Y Jesús agregó: El que tenga oídos para oír, que escuche.
Y decía: El que tiene oídos para oír, oiga.
Y añadía: 'El que tenga oídos para oír, que oiga'.