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Lucas 11:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

9 »Así que yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá la puerta.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y Yo os digo: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta, y se os abrirá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Pues bien, yo os digo: pedid y os darán; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán.

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Lucas 11:9
40 Referencias Cruzadas  

Por eso os digo: Creed que ya habéis recibido todo lo que estéis pidiendo en oración, y lo obtendréis.


Si creéis, recibiréis todo lo que pidáis en oración.


No me escogisteis vosotros a mí, sino que yo os escogí a vosotros y os comisioné para que vayáis y deis fruto, un fruto que perdure. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.


Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os concederá.


Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.


y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.


Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.


Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad.


Entonces me invocaréis, y vendréis a suplicarme, y yo os escucharé.


En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.


La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.


“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”.


Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.


Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores.


―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.


El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco.


sin embargo, os digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.


Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé». Os digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!


Lo que os digo a vosotros, se lo digo a todos: ¡Estad despiertos!»


Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.


Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo.


Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas.


¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?» ―El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: ―Os aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de vosotros hacia el reino de Dios.


Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa les he hablado en secreto. Ni he dicho a los descendientes de Jacob: “Buscadme en el vacío”. Yo, el Señor, digo lo que es justo, y declaro lo que es recto.


Ahora, al resto de los que están en Tiatira, es decir, a vosotros que no seguís esa enseñanza ni habéis aprendido los mal llamados “profundos secretos de Satanás”, os digo que ya no os impondré ninguna otra carga.


Le abrí a mi amado, pero ya no estaba allí. Se había marchado, y tras su voz se fue mi alma. Lo busqué, y no lo hallé. Lo llamé, y no me respondió.


Porque todo el que pide recibe; el que busca encuentra; y al que llama, se le abre.


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