Como jefes de su pueblo, no deben hacerse impuros ni contaminarse.
No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose inmundo.
Pero un sacerdote no debe contaminarse y hacerse impuro por tocar el cadáver de alguien que esté relacionado con él solo por matrimonio.
Siendo señor en medio de su pueblo, toda mancha suya profana su pueblo.
No se contaminará profanándose, pues es dirigente en medio de su pueblo.
Por ningún otro debe hacerse impuro.