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Levítico 2:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

13 Todas las ofrendas de cereal las sazonaréis con sal, y no dejaréis que les falte la sal del pacto de vuestro Dios. A todas las ofrendas deberéis ponerles sal.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Sazona con sal todas tus ofrendas de grano, para acordarte del pacto eterno de Dios. Nunca te olvides de poner sal a las ofrendas de grano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 pues así como la alianza con tu Dios es alianza de sal, también estará la sal en tus ofrendas: todas serán saladas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Sazonarás con sal todo presente de tu ofrenda vegetal, y nunca dejarás que la sal del pacto de tu Dios falte de tu ofrenda. En toda ofrenda tuya presentarás sal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Sazonarás con sal cualquier oblación que ofrezcas y no tolerarás que a tu oblación le falte la sal de la alianza de tu Dios: en todas tus ofrendas ofrecerás sal.

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Levítico 2:13
8 Referencias Cruzadas  

¿No sabéis que el Señor, Dios de Israel, concedió para siempre el reino de Israel a David y a sus descendientes mediante un pacto inalterable?


Pueden darle hasta tres mil trescientos kilos de plata, veintidós mil litros de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceite y toda la sal que se requiera.


y mezcla todo esto para hacer un incienso aromático, como hacen los fabricantes de perfumes. Agrégale sal a la mezcla, para que sea un incienso puro y sagrado.


en presencia del Señor, y los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como holocausto al Señor.


Yo, el Señor, te entrego todas las contribuciones sagradas que los israelitas me presentan. Son tuyas, y de tus hijos y de tus hijas, como estatuto perpetuo. Este es un pacto perpetuo, sellado en mi presencia, con sal. Es un pacto que hago contigo y con tus descendientes».


»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.


Que vuestra conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabréis cómo responder a cada uno.


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