―¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano, y que estás endemoniado? —replicaron los judíos.
Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?
—¡Samaritano endemoniado! —replicó la gente—. ¿No veníamos diciendo que estabas poseído por un demonio?
Los judíos le replicaron: 'Tenemos razón en decir que eres un samaritano y que estás poseído por un demonio.
Respondieron los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y tienes demonio?
Los judíos le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'.