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Jeremías 47:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

2 «Así dice el Señor: »“¡Mirad! Las aguas del norte suben cual torrente desbordado. Inundan la tierra y todo lo que contiene, sus ciudades y sus habitantes. ¡Grita toda la gente! ¡Gimen los habitantes de la tierra!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esto dice el Señor: «Del norte viene un diluvio que inundará la tierra. Destruirá la tierra y todo lo que hay en ella, tanto las ciudades como sus habitantes. La gente gritará de terror, y todos en la tierra gemirán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así dijo Yavé: Desde el norte llegan aguas desbordadas: es un río caudaloso, que inunda el país y cuanto él contiene, las ciudades y sus habitantes. Por todas partes se escuchan gritos, y los habitantes del país se lamentan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Así dice YHVH: He aquí, aguas que se alzan del norte, Ya son un torrente inundador, Que inunda la tierra y su plenitud, Las ciudades y los que en ellas habitan: Claman los hombres, Se lamenta todo morador de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Así dice Yahveh: 'Mirad: crecen aguas del norte y se convierten en torrente desbordante. Inundan el país y lo que contiene, las ciudades y sus habitantes. Gritan los hombres, y ululan todos los habitantes del país

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Jeremías 47:2
32 Referencias Cruzadas  

Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan;


Si yo tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es el mundo, y todo lo que contiene.


¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra! ¡Brame el mar y todo lo que él contiene!


¡Brame el mar y todo lo que él contiene; el mundo y todos sus habitantes!


¡Gime y grita, puerta de la ciudad! ¡Ponte a temblar de miedo, toda tú, Filistea! Porque viene del norte una nube de humo, y nadie rompe la formación.


Su grito desesperado va recorriendo la frontera de Moab. Llega su gemido hasta Eglayin, y aun llega hasta Ber Elín.


Profecía contra el valle de la Visión: ¿Qué te pasa ahora, que has subido a las azoteas,


Pondré como nivel la justicia, y la rectitud como plomada. El granizo arrasará el refugio de la mentira, y las aguas inundarán el escondite.


Desde el occidente temerán el nombre del Señor, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del Señor.


Entonces el Señor me dijo: «Desde el norte se derramará la calamidad sobre todos los habitantes del país.


Las naciones ya saben de tu humillación; tus gritos llenan la tierra. Un guerrero tropieza contra otro, y juntos caen por tierra».


Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías el profeta cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino para atacar el país de Egipto:


»Novilla hermosa es Egipto, pero viene contra ella un tábano del norte.


Egipto la hermosa será avergonzada y entregada a la gente del norte».


¡Cómo quedó hecha pedazos! ¡Cómo gimen! Moab ha vuelto la espalda del todo avergonzada. Es para todos sus vecinos objeto de burla y de terror».


Así dice el Señor: «¡Mirad! Del norte viene un ejército; una gran nación se moviliza desde los confines de la tierra.


Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; cuando relinchan sus corceles, tiembla toda la tierra. Vienen a devorar el país, y todo lo que hay en él, la ciudad y todos sus habitantes».


Arrasará como una inundación a las fuerzas que se le opongan; las derrotará por completo, lo mismo que al príncipe del pacto.


Pero destruirá a Nínive con una inundación arrasadora; ¡aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!


porque «del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella».


Ahora bien, si alguien os dice: «Esto ha sido ofrecido en sacrificio a los ídolos», entonces no lo comáis, por consideración al que se lo mencionó, y por motivos de conciencia.


Ahora escuchad, vosotros los ricos: ¡llorad a gritos por las calamidades que se os vienen encima!


Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas.


Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas.


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