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Jeremías 14:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 El suelo está agrietado, porque no llueve en el país. Avergonzados están los campesinos, cubriéndose la cabeza.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Porque se resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están confusos los labradores, cubrieron sus cabezas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 El suelo está reseco y agrietado por falta de lluvia. Los agricultores están profundamente angustiados; ellos también se cubren la cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 fueron a los pozos y no encontraron, y volvieron con sus cántaros vacíos. Ya no produce la tierra por falta de lluvia y los campesinos andan apenados, cubierta la cabeza en señal de luto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 A causa del suelo resquebrajado,° Porque no hay lluvia en la tierra, Los labradores están avergonzados, Cubren sus cabezas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Por la tierra, que se ha resquebrajado, pues no ha habido lluvia en el país, los labradores están avergonzados, se cubren la cabeza.

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Jeremías 14:4
10 Referencias Cruzadas  

Saldrás de allí con las manos en la nuca, porque el Señor ha rechazado a aquellos en quienes confías, y no prosperarás con ellos.


Por eso se demoraron las lluvias, y no llegaron los aguaceros de primavera. Tienes el descaro de una prostituta; ¡no conoces la vergüenza!


Secaos también vosotros, labradores; gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha de los campos.


La semilla se pudrió a pesar de haber sido cultivada. Los silos están en ruinas y los graneros, derribados porque la cosecha se perdió.


»Si después de todo esto seguís sin obedecerme, siete veces os castigaré por vuestros pecados.


Vagando de ciudad en ciudad, iba la gente en busca de agua, pero no calmaba su sed. Con todo, vosotros no os volvisteis a mí —afirma el Señor—.


Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará, y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con su furor las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín.


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