La mano del Señor no se queda corta para salvar, ni es sordo su oído para oír.
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;
¡Escuchen! El brazo del Señor no es demasiado débil para no salvarlos, ni su oído demasiado sordo para no oír su clamor.
No, no es que el brazo de Yavé no alcance a salvar, ni que su oído esté demasiado sordo para oír.
He aquí que no se ha acortado la mano de YHVH de modo que no puede salvar, Ni su oído se ha endurecido de modo que no puede oír.
Mirad que no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, y no es demasiado duro su oído para oír;