La ayuda de Egipto no sirve para nada; por eso la llamo: «Rahab, la inmóvil».
Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
¡Las promesas de Egipto no sirven para nada! Por lo tanto, lo llamaré Rahab, el dragón inofensivo.
¿Egipto? Su auxilio es ineficaz y vano; por eso, le he puesto el sobrenombre de 'El espantapájaros incapaz'.
A un Egipto cuya ayuda es vana e inútil, Por lo que lo llamé Rahabhemsabet.°
a Egipto, cuyo auxilio es vano e ilusorio, por eso lo llamo así: Ráhab-la-ociosa.