El comandante se acercó a Pablo y le dijo: ―Dime, ¿eres ciudadano romano? ―Sí, lo soy.
Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí.
Entonces el comandante se acercó a Pablo y le preguntó: —Dime, ¿eres ciudadano romano? —Sí, por supuesto que lo soy —respondió Pablo.
El comandante vino y le preguntó: 'Dime, ¿eres ciudadano romano?' 'Sí', respondió Pablo.
El tribuno se le acercó entonces, y le dijo: Dime, ¿eres tú romano? Y él dijo: Sí.
Vino, pues, el tribuno y le dijo: 'Dime, ¿eres tú ciudadano romano?'. Él le dijo: 'Sí'.