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Génesis 24:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

12 Entonces comenzó a orar: «Señor y Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien, y que demuestres el amor que le tienes a mi amo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 «Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham —oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces el mayordomo oró así: 'Yavé, Dios de mi patrón Abrahán, haz que me vaya bien hoy y muestra tu benevolencia para con mi patrón Abrahán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 y dijo: ¡YHVH, Dios de mi señor Abraham, haz que hoy me suceda, te ruego, haz misericordia a mi señor Abraham!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Y dijo: 'Yahveh, Dios de mi señor Abrahán, concédeme que tenga hoy buen encuentro, y muéstrate misericordioso con Abrahán, mi señor.

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Génesis 24:12
29 Referencias Cruzadas  

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».


Mientras tanto, el criado de Abraham la observaba en silencio, para ver si el Señor había coronado su viaje con éxito.


con estas palabras: «Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y que a mí me ha guiado a la casa de sus parientes».


»Cuando hoy llegué a la fuente, dije: “Señor y Dios de mi amo Abraham, si es tu voluntad, te ruego que hagas prosperar mi viaje.


y me incliné para adorar al Señor. Bendije al Señor, el Dios de Abraham, que me guio por el camino correcto para llevarle al hijo de mi amo una parienta cercana suya.


Esa noche se le apareció el Señor, y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Por amor a mi siervo Abraham, te bendeciré y multiplicaré tu descendencia».


Tú se lo llevarás para que se lo coma, y así él te dará su bendición antes de morirse.


Pero Isaac le preguntó a su hijo: ―¿Cómo fue que lo encontraste tan pronto, hijo mío? ―El Señor tu Dios me ayudó —respondió Jacob.


En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia os daré la tierra sobre la que estás acostado.


Si no hubiera estado conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el Dios a quien Isaac temía, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche me hizo justicia.


realmente yo, tu siervo, no soy digno de la bondad y fidelidad con que me has privilegiado. Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora he llegado a formar dos campamentos.


Entonces Jacob se puso a orar: «Señor, Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, que me dijiste que regresara a mi tierra y a mis familiares, y que me harías prosperar:


¡Que el Dios Todopoderoso permita que ese hombre os tenga compasión y deje libre a vuestro otro hermano, y además volváis con Benjamín! En cuanto a mí, si he de perder a mis hijos, ¡qué le voy a hacer! ¡Los perderé!


A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra.


golpeó el agua con el manto y exclamó: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos, y Eliseo cruzó.


Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey». En aquel tiempo yo era copero del rey.


―¿Qué quieres que haga? —replicó el rey. Encomendándome al Dios del cielo,


Señor, ¡danos la salvación! Señor, ¡concédenos la victoria!


Pidamos por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman.


Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.


Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.


Además, Dios le dijo a Moisés: ―Diles esto a los israelitas: “El Señor y Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por todas las generaciones”.


Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.


Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.


“Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Él no es Dios de muertos, sino de vivos.


No os inquietéis por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presentad vuestras peticiones a Dios y dadle gracias.


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