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Génesis 10:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

5 Algunos de ellos, que poblaron las costas, formaron naciones y clanes en sus respectivos territorios y con sus propios idiomas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los descendientes de ellos llegaron a ser los pueblos marineros que se dispersaron por diversas tierras, cada uno identificado por su propio idioma, clan e identidad nacional.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Estos se dispersaron y poblaron las islas de las naciones y sus diversas regiones, cada cual según su propia lengua, familia y nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 De estos se esparcieron los pueblos de las costas, cada uno en sus territorios, según su lengua, por sus familias en sus naciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 A partir de éstos se poblaron las islas de las gentes en diferentes países, cada uno con su lengua propia, según sus respectivos linajes y naciones.

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Génesis 10:5
26 Referencias Cruzadas  

Estos fueron los descendientes de Cam, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.


Éber tuvo dos hijos: el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Joctán.


Estos son los clanes de los hijos de Noé, según sus genealogías y sus naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.


Los hijos de Javán fueron Elisá, Tarsis, Quitín y Rodanín.


Los hijos de Cam fueron Cus, Misrayin, Fut y Canaán.


Estos fueron los tres hijos de Noé que con su descendencia poblaron toda la tierra.


El rey Asuero impuso tributo por todo el imperio, incluyendo las islas del mar.


Que le paguen tributo los reyes de Tarsis y de las costas remotas; que los reyes de Sabá y de Seba le traigan presentes.


En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar y Jamat, y en las regiones más remotas.


Por eso, glorificad al Señor en el oriente; el nombre del Señor, Dios de Israel, en las costas del mar.


A los ojos de Dios, las naciones son como una gota de agua en un balde, como una mota de polvo en una balanza. El Señor pesa las islas como si fueran polvo fino.


Lo han visto las costas lejanas, y temen; tiemblan los confines de la tierra. ¡Ya se acercan, ya vienen!


Cantad al Señor un cántico nuevo, vosotros, que descendéis al mar, y todo lo que hay en él; Cantad vuestra alabanza desde los confines de la tierra, vosotras, costas lejanas y vuestros habitantes.


no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. Las costas lejanas esperan su ley».


Escuchad, costas lejanas, oíd esto, naciones distantes: El Señor me llamó antes de que yo naciera, en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.


Ya se acerca mi justicia, mi salvación está en camino; ¡mi brazo juzgará a las naciones! Las costas lejanas confían en mí, y ponen su esperanza en mi brazo.


Les pagará según sus obras; a las costas lejanas les dará su merecido: furor para sus adversarios, y retribución para sus enemigos.


En mí esperarán las costas lejanas; a la cabeza vendrán los barcos de Tarsis trayendo de lejos a tus hijos, y con ellos su oro y su plata, para la honra del Señor tu Dios, el Santo de Israel, porque él te ha llenado de gloria.


»Cruzad a las costas de Chipre, y mirad; enviad mensajeros a Cedar, e informaos bien; fijaos si ha sucedido algo semejante:


a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar;


»Así le dice el Señor omnipotente a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes.


Ahora, en el día de tu caída, tiemblan los pueblos costeros, y las islas que están en el mar se aterrorizan ante tu desastre”.


Dirigirá entonces sus ataques contra las ciudades costeras, y conquistará muchas de ellas, pero un general responderá a su insolencia y lo hará quedar en ridículo.


El Señor los aterrará cuando destruya a todos los dioses de la tierra; y así hasta las naciones más remotas se postrarán en adoración ante él, cada cual en su propia tierra.


Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones, cuando dividió a toda la humanidad, les puso límites a los pueblos según el número de los hijos de Israel.


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