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Éxodo 17:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

7 Además, a ese lugar lo llamó Masá, y también Meribá, porque los israelitas habían altercado con él y provocado al Señor al decir: «¿Está o no está el Señor entre nosotros?»

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces Moisés llamó a aquel lugar Masá (que significa «prueba») y Meriba (que significa «discusión»), porque el pueblo de Israel discutió con Moisés y puso a prueba al Señor diciendo: «¿Está o no el Señor aquí con nosotros?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Aquel lugar se llamó Masá (o sea, tentación) y Meribá (o sea, quejas), a causa de las quejas de los israelitas que allí tentaron a Yavé, diciendo: '¿Está Yavé en medio de nosotros, o no?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah° y Meriba,° por el altercado de los hijos de Israel; porque tentaron a YHVH, diciendo: ¿Está YHVH entre nosotros o no?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y dio al lugar el nombre de Masá y Meribá, por la querella de los israelitas, y porque habían puesto a Yahveh a prueba, diciendo: '¿Está Yahveh en medio de nosotros o no?'.

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Éxodo 17:7
21 Referencias Cruzadas  

Junto a las aguas de Meribá hicieron enojar al Señor, y a Moisés le fue mal por culpa de ellos,


Con toda intención pusieron a Dios a prueba, y le exigieron comida a su antojo.


En tu angustia me llamaste, y te libré; oculto en el nubarrón te respondí; en las aguas de Meribá te puse a prueba. Selah


»Escucha, pueblo mío, mis advertencias; ¡ay, Israel, si tan solo me escucharas!


no endurezcáis el corazón, como en Meribá, como aquel día en Masá, en el desierto,


así que altercaron con Moisés. ―Danos agua para beber —le exigieron. ―¿Por qué peleáis conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocáis al Señor?


de la siguiente manera: ―Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que este es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia.


¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión; realmente es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!»


Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»


que, aunque vieron mi gloria y las maravillas que hice en Egipto y en el desierto, ninguno de los que me desobedecieron y me pusieron a prueba repetidas veces


A estas aguas se les conoce como la fuente de Meribá, porque fue allí donde los israelitas le hicieron reclamaciones al Señor, y donde él manifestó su santidad.


«Pronto Aarón partirá de este mundo, de modo que no entrará en la tierra que les he dado a los israelitas porque vosotros dos no obedecisteis la orden que os di en la fuente de Meribá.


En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, vosotros dos me desobedecisteis, pues al sacar agua de la roca no reconocisteis ante el pueblo mi santidad. Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin.


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.


Cuando esto haya sucedido, se encenderá mi ira contra ellos y los abandonaré; ocultaré mi rostro, y serán presa fácil. Entonces les sobrevendrán muchos desastres y adversidades, y se preguntarán: “¿No es verdad que todos estos desastres nos han sobrevenido porque nuestro Dios ya no está con nosotros?”


Acerca de Leví dijo: «El urim y el tumim, que son tuyos, los has dado al hombre que favoreces. Lo pusiste a prueba en Masá; en las aguas de Meribá contendiste con él.


»No pongas a prueba al Señor tu Dios, como hiciste en Masá.


»En Taberá, en Masá y en Quibrot Hatavá provocasteis también la indignación del Señor,


Entonces Finés hijo de Eleazar les dijo a los de esas tribus: ―Ahora estamos seguros de que el Señor está en medio de nosotros, pues vosotros no pretendíais ser infieles al Señor; así que nos habéis salvado del castigo divino.


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