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Daniel 8:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

18 »Mientras Gabriel me hablaba, yo caí en un sueño profundo, de cara al suelo. Pero él me despertó y me obligó a levantarme,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Mientras él hablaba, me desmayé y quedé tendido con el rostro contra el suelo, pero Gabriel con un toque me despertó y me ayudó a ponerme de pie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Mientras estaba postrado en tierra y me hablaba, perdí el conocimiento; me tocó y me levantó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Mientras él hablaba conmigo, caí en un profundo adormecimiento con mi rostro en tierra, pero él me tocó y me hizo ponerme en pie.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Mientras él hablaba conmigo, caí rostro en tierra desmayado. Él me tocó y me puso de pie en el lugar donde me hallaba.

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Daniel 8:18
13 Referencias Cruzadas  

Al anochecer, Abram cayó en un profundo sueño, y lo envolvió una oscuridad aterradora.


Entre inquietantes visiones nocturnas, cuando cae sobre los hombres un sueño profundo,


Mientras me hablaba, el Espíritu entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y pude oír al que me hablaba.


Entonces alguien con aspecto humano me tocó los labios, y yo los abrí y comencé a hablar. Y le dije a quien había estado hablando conmigo: “Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas.


»Una vez más, el de aspecto humano me tocó y me infundió fuerzas,


»Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me sentí aterrorizado y caí de rodillas. Pero él me dijo: “Ten en cuenta, criatura humana, que la visión tiene que ver con la hora final”.


»Yo, Daniel, quedé exhausto, y durante varios días guardé cama. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla».


Entonces el ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó, como a quien se despierta de su sueño.


Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza.


Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño, pero, cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos personajes que estaban con él.


Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.


Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último,


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