Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





2 Corintios 7:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

7 y no solo con su llegada, sino también con el consuelo que él había recibido de vosotros. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que vosotros tenéis por mí, lo cual me llenó de alegría.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 y no solo con su venida, sino también con la consolación con que él había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran afecto, vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que me regocijé aún más.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Su presencia fue una alegría, igual que la noticia que nos trajo del ánimo que él recibió de ustedes. Cuando nos dijo cuánto anhelan verme y cuánto sienten lo que sucedió y lo leales que me son, ¡me llené de alegría!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

7 No solamente porque ya lo tenía a mi lado, sino también porque ustedes le habían dado una excelente acogida. Me comentó que ustedes me echaban de menos, que lamentaban lo ocurrido y que estaban muy preocupados por mí, con lo cual me alegré mucho.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y no sólo con su venida, sino también con la consolación con la cual fue consolado respecto a vosotros, informándonos de vuestro anhelo, de vuestro llanto y de vuestro celo por mí, de manera que aún me regocijé más.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que él había recibido entre vosotros. Él nos ha contado vuestro ardiente afecto, vuestro pesar y vuestra preocupación por mí, y esto me dio aún más alegría.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 7:7
34 Referencias Cruzadas  

Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras.


Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.


Voy a confesar mi iniquidad, pues mi pecado me angustia.


Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones.


Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.


Dichosos los que lloran, porque serán consolados.


Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.


Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,


mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos.


¡Y de esto os sentís orgullosos! ¿No deberíais, más bien, haber lamentado lo sucedido y haber expulsado de entre vosotros al que hizo tal cosa?


así como ya nos habéis comprendido en parte, que podéis sentiros orgullosos de nosotros como también nosotros nos sentiremos orgullosos de vosotros en el día del Señor Jesús.


quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.


Con este propósito os escribí: para ver si pasáis la prueba de la completa obediencia.


Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial,


Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito,


Si bien os entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque me di cuenta de que por un tiempo mi carta os había entristecido.


Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación que yo tengo por vosotros.


Mi ardiente anhelo y esperanza es que en nada seré avergonzado, sino que con toda libertad, ya sea que yo viva o muera, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo.


Aunque estoy físicamente ausente, os acompaño en espíritu, y me alegro al ver vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.


Ahora Timoteo acaba de volver de Tesalónica con buenas noticias de vuestra fe y amor. Nos dice que conserváis gratos recuerdos de nosotros y que tenéis muchas ganas de vernos, tanto como nosotros a vosotros.


¡Ahora sí que vivimos al saber que estáis firmes en el Señor!


Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo.


Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio.


Me alegré muchísimo de encontrarme con algunos de vosotros que estáis practicando la verdad, según el mandamiento que nos dio el Padre.


Queridos hermanos, he deseado intensamente escribiros acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogaros que sigáis luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos