Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





1 Samuel 25:31 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

31 no tendrás tú que sufrir la pena y el remordimiento de haberte vengado por ti mismo, ni de haber derramado sangre inocente. Acuérdate tú de esta tu sierva cuando el Señor te haya dado prosperidad».

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

31 entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor, y cuando Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

31 que esta no sea una sombra en su historial. Entonces su conciencia no tendrá que llevar la pesada carga de derramamiento de sangre y venganza innecesarios. Y cuando el Señor haya hecho estas grandes cosas para usted, por favor, ¡acuérdese de mí, su sierva!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

31 tú no podrás sentir remordimiento de haber derramado sangre sin motivo y de haberte hecho justicia por ti mismo. ¡Cuando Yavé colme a mi señor, acuérdese de su sierva!'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

31 esto° no causará pesar ni remordimiento a mi señor, ya por haber derramado sangre sin causa, o que mi señor se haya vengado por sí mismo. Y cuando YHVH favorezca a mi señor, acuérdate de tu sierva.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 que no sirva para ti, mi señor, de turbación ni de remordimiento de corazón el haber derramado sangre sin causa y el haberse vengado mi señor por sí mismo. Y cuando Yahveh haya colmado de beneficios a mi señor, acuérdate de tu sierva'.

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 25:31
13 Referencias Cruzadas  

Yo te ruego que no te olvides de mí. Por favor, cuando todo se haya arreglado, háblale tú de mí al faraón para que me saque de esta cárcel.


Él es el Dios que me vindica, el que pone los pueblos a mis pies.


Señor, Dios de las venganzas; Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!


Luego dijo: ―Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.


No os venguéis, hermanos míos, sino dejad el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.


Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano.


Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre vosotros, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana, sino a la gracia de Dios.


¡Que sea el Señor quien juzgue y dicte la sentencia entre nosotros dos! ¡Que examine mi causa, y me defienda y me libre de ti!»


Así que, cuando el Señor te haya hecho todo el bien que te ha prometido, y te haya establecido como jefe de Israel,


¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos!


Cuando los criados llegaron a Carmel, hablaron con Abigaíl y le dijeron: ―David nos ha enviado para pedirte que te cases con él.


Que el Señor le pague a cada uno según su rectitud y lealtad, pues hoy él te había puesto a ti en mis manos, pero yo ni siquiera me atreví a tocar al ungido del Señor.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios