Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Juan 5:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

6 Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no solo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Y Jesucristo fue revelado como el Hijo de Dios por medio de su bautismo en agua y por derramar su sangre en la cruz, es decir, no mediante agua solamente sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu, quien es la verdad, lo confirma con su testimonio.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo; y no sólo por el agua, sino por el agua y la sangre; y el espíritu también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Éste es el que vino mediante° agua y sangre: Jesús el Mesías. No sólo por el agua, sino por el agua y por la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Éste es el que viene por agua y sangre, Jesucristo; no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre. Y de ello da testimonio el Espíritu, porque el Espíritu es la verdad.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.

Ver Capítulo Copiar




1 Juan 5:6
39 Referencias Cruzadas  

Os rociaré con agua pura, y quedaréis purificados. Os limpiaré de todas vuestras impurezas e idolatrías.


Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo os la he dado a vosotros sobre el altar, para que hagáis propiciación por vosotros mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre.


En cuanto a ti, por la sangre de mi pacto contigo libraré de la cisterna seca a tus cautivos.


Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados.


Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él.


―Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos —les dijo—.


De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: ―Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.


el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero vosotros sí lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.


―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.


»Cuando venga el Consolador, que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí.


Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y os anunciará las cosas por venir.


―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.


―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.


pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.


Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: ―Mira, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?


Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para demostrar así su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;


En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia


pues hemos recibido noticias de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis por todos los santos


No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe: Él se manifestó como hombre; fue vindicado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.


él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo,


¿Cuánto mayor castigo pensáis que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que ha insultado al Espíritu de la gracia?


a Jesús, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la de Abel.


El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno.


Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!


Pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y solo una vez al año, provisto siempre de sangre que ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo.


según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre: Que abunden en vosotros la gracia y la paz.


la cual simboliza el bautismo que ahora os salva también a vosotros. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,


Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y por su sangre nos ha librado de nuestros pecados,


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.


―Eso tú lo sabes, mi señor —respondí. Él me dijo: ―Aquellos son los que están saliendo de la gran tribulación; han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos