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1 Juan 5:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Sabemos que los hijos de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque el Hijo de Dios los mantiene protegidos, y el maligno no puede tocarlos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, pues lo protege lo que en él ha nacido de Dios, y el Maligno no puede tocarlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Sabemos que todo el que es nacido de Dios no peca, pues el que fue engendrado por Dios° lo guarda, y el maligno no lo agarra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Sabemos que quien ha nacido de Dios no peca; sino que Aquel que ha nacido de Dios lo guarda y el Maligno no lo toca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca, porque el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.

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1 Juan 5:18
35 Referencias Cruzadas  

Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra.


Jamás hacen nada malo, sino que siguen los caminos de Dios.


palabras como las de otra gente, pues yo cumplo con tu palabra! Del camino de la violencia


He sido íntegro con él y me he abstenido de pecar.


Me dije a mí mismo: «Mientras esté ante gente malvada, vigilaré mi conducta, me abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca».


Por encima de todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.


»Si alguno de esos cadáveres cae sobre la semilla destinada a la siembra, la semilla permanecerá pura.


Cuando digáis “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digáis “no”, que sea no. Cualquier cosa de más proviene del maligno.


Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.


Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.


Ya no hablaré más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí,


Permaneced en mí, y yo permaneceré en vosotros. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco vosotros podéis dar fruto si no permanecéis en mí.


Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os concederá.


»Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a vosotros. Permaneced en mi amor.


Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,


Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.


La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.


Pues habéis nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.


Si reconocéis que Jesucristo es justo, reconoced también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.


No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano, justas.


Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.


Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.


Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.


Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre ama también a sus hijos.


Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.


Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno.


También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.


Queridos hijos, apartaos de los ídolos.


porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.


¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia,


Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues fiel a mi nombre. No renegaste de tu fe en mí, ni siquiera en los días en que Antipas, mi testigo fiel, sufrió la muerte en esa ciudad donde vive Satanás.


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