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1 Juan 3:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Hijitos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obra y de verdad.

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1 Juan 3:18
18 Referencias Cruzadas  

El amor debe ser sincero. Aborreced el mal; aferraos al bien.


Ahora que os habéis purificado obedeciendo a la verdad y tenéis un amor sincero por los hermanos, amaos de todo corazón los unos a los otros.


Os hablo así, hermanos, porque habéis sido llamados a ser libres; pero no os valgáis de esa libertad para dar rienda suelta a vuestras pasiones. Más bien servíos unos a otros con amor.


Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.


Os recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por vuestra fe, el trabajo motivado por vuestro amor y la constancia sostenida por vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo.


Mis queridos hijos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo.


El anciano, a la iglesia elegida y a sus miembros, a quienes amo en la verdad —y no solo yo, sino todos los que han conocido la verdad—,


Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas.


»Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí.


Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.


Queridos hijos, que nadie os engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo.


El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en la verdad.


aprecia tanto a nuestra nación que nos ha construido una sinagoga.


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