Proverbios 8:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Pues la sabiduría es mucho más valiosa que los rubíes. Nada de lo que uno pueda desear se compara con ella.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ La sabiduría es más útil que las perlas, ¿qué tesoro podría igualársele?

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Pues mejor es la sabiduría que las perlas, Y todas las cosas deseables, no se le pueden comparar.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ pues más vale la sabiduría que las perlas, ningún tesoro le es comparable.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹¹ pues son más valiosos que el oro y la plata. ¡Los más ricos tesoros no se comparan conmigo!

Proverbios 8:11 Referencias Cruzadas

Salmos 119:103

¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel.

Salmos 119:127

De verdad, amo tus mandatos más que el oro, incluso que el oro más fino.

Salmos 119:72

Tus enseñanzas son más valiosas para mí que millones en oro y plata.

Salmos 19:10

Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal.

Proverbios 16:16

¡Cuánto mejor es adquirir sabiduría que oro, y el buen juicio que la plata!

Proverbios 20:15

Las palabras sabias son más valiosas que mucho oro y multitud de rubíes.

Proverbios 31:10

¿Quién podrá encontrar una esposa virtuosa y capaz? Es más preciosa que los rubíes.

Eclesiastés 7:11

La sabiduría es aún mejor cuando uno tiene dinero; ambas cosas son de beneficio a lo largo de la vida.

Mateo 16:26

¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?

Deuteronomio 30:13

Tampoco está guardado más allá del mar, tan lejos para que tengas que preguntar: “¿Quién cruzará el mar y lo traerá para que podamos oírlo y obedecer?”.