Es ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que buscan la sabiduría humana.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
Mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan el saber,
Ahí están, por una parte, los judíos pidiendo señales; y los griegos, por otra, buscando sabiduría.
Para creer en el mensaje que anunciamos, los judíos quieren ver milagros y los griegos quieren oír un mensaje que suene razonable e inteligente.