¡Qué magníficas son tus obras, oh Yahvé! ¡Cuan profundos son tus pensamientos!
El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto.
Solo un simplón no sabría y solamente un necio no entendería que
El de corazón torpe de esto nada sabe y el insensato nada de esto entiende.
El hombre torpe no lo sabe, El insensato no entiende esto:
Tus acciones, Señor, ¡cuán grandes son, cuán hondos tus designios!