¿Por qué miráis con envidia, montes encumbrados, al monte que eligió Dios para morada suya, en el que por siempre habitará Yahvé?
Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.
Rodeado de incontables millares de carros de guerra, el Señor llegó del monte Sinaí y entró en su santuario.
Los carros de Dios son miles y miles, en ellos vino del Sinaí al Santuario.
Los carros de Dios son miríadas, y millares de millares, Desde el Sinay Adonay avanza entre ellos al Santuario.
¿por qué miráis con ojos rudos, montañas de altos picos, al monte que el Señor eligió por su morada? ¡El Señor se estará en ella eternamente!