Acábalos en tu furor, acábalos y dejen de ser, y sepan que hay un Dios que domina en Jacob hasta los confines de la tierra. Seláh.
Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.
Mis enemigos salen de noche gruñendo como perros feroces mientras merodean por las calles.
Que a la tarde regresen, que ladren como perros, que anden dando vueltas por la ciudad
¡Vuelvan al anochecer y aúllen como perros rondando la ciudad!
Consúmelos, consúmelos en ira y que perezcan, que se sepa que Dios es quien domina desde Jacob hasta los extremos de la tierra. Selah