Me invade el temblor y el terror, me envuelve el espanto.
Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
Si tan solo tuviera alas como una paloma, ¡me iría volando y descansaría!
Si tuviera alas de paloma volaría a donde pudiera posarme.
Y digo: ¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría;
el temor y el temblor me han penetrado y el espanto me envuelve.