Agudas son tus saetas; ante ti caerán los pueblos; desfallecen los corazones de los enemigos del rey.'
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino.
Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia.
Tu trono, oh Dios, es firme para siempre. Cetro de rectitud es el de tu reinado.
Tu trono, oh ’Elohim, es eterno y para siempre. Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Tus dardos son agudos, ante ti caen los pueblos, y en medio, los enemigos del monarca.