Bienaventurado aquel a quien no imputa Yahvé su iniquidad y en cuyo espíritu no hay falsedad.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.
Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el Señor les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia!
Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa alguna y en cuyo espíritu no se halla engaño.
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien YHVH no le imputa iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño!
dichoso el hombre al que el Señor no culpa de maldad, que no tiene en su espíritu falsía.