También tu siervo es iluminado por ellos, y en guardarlos halla gran provecho.
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas.
Pero, ¿quién repara en sus deslices? Límpiame de los que se me escapan.
¿Quién discernirá sus propios errores? Declárame inocente de los que me son ocultos.
Iluminan a tu siervo y en su guarda hay gran provecho.