El se admiraba de su incredulidad. Recorría las aldeas del contorno enseñando.
Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
Y estaba asombrado de su incredulidad. Después Jesús fue de aldea en aldea enseñando a la gente.
Jesús se admiraba de cómo se negaban a creer.
Y estaba asombrado por la incredulidad de ellos; y así, recorría las aldeas de los alrededores enseñando.
Y quedó extrañado de aquella incredulidad. Recorría las aldeas circunvecinas enseñando.