Ese sería luego mi consuelo; me alegraría en la amargura, por no haber ocultado los secretos del Santo.'
Sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.
Al menos puedo consolarme con esto: a pesar del dolor, no he negado las palabras del Santo;
Al menos tendría consuelo y gozo en medio de mi terrible susto, porque no habría maldecido la decisión del Santo.
Eso sería mi consuelo, Y aun en medio de un dolor que no da tregua, saltaría de gozo, Porque no he negado° la palabra del Santísimo.
Sería un consuelo para mí, un gozo en mi inmensa amargura, por no haber traicionado los decretos del Santo.