(22) Debajo lleva agudos tejos, que arrastra como un trillo sobre el cieno.
Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.
Su aliento podría encender el carbón, porque de su boca salen llamaradas.
La maza le parece caña, se ríe del dardo que vibra.
Su aliento enciende los carbones, Y saltan llamaradas de sus fauces.
Considera la maza como estopa, se burla del venablo vibrante.