Conviértase ese día en tiniebla, no se cuide Dios de él desde lo alto, no resplandezca sobre él un rayo de luz.
Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.
Que ese día se convierta en oscuridad; que se pierda aun para Dios en las alturas, y que ninguna luz brille en él.
Conviértase ese día en tinieblas, y Yavé allá arriba lo ignore para siempre; que ningún rayo de luz resplandezca sobre él.
Sea aquel día tinieblas. No pregunte Dios por él desde lo alto Ni lo alumbre la luz.
¡Sea tinieblas ese día, no lo recuerde Dios desde los cielos, no brille sobre él la luz!