y llegó hasta la puerta del rey, pues no era a nadie lícito entrar vestido de saco.
Y vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de la puerta del rey con vestido de cilicio.
Llegó hasta la puerta del palacio porque no se permitía que nadie entrara por la puerta del palacio vestido de luto.
Así llegó hasta la puerta real, la que nadie vestido de saco podía franquear.
Luego llegó hasta delante de la puerta real, pues no era permitido entrar en la puerta real cubierto de saco.
hasta llegar delante de la puerta del rey, pues nadie podía entrar por la puerta del rey vestido de sayal.