¡Qué hermosa eres, qué encantadora, qué amada, hija deliciosa!
Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos a los racimos.
Eres esbelta como una palmera y tus pechos son como los racimos de su fruto.
¡Qué bella eres, qué encantadora, oh amor, en tus delicias!
Tu talle se asemeja a la palmera, Y tus pechos, a sus racimos.
¡Qué bella y qué agraciada! ¡Qué delicioso tu amor!