Si alguno ve que un hermano comete un pecado que no pone en peligro su vida espiritual, debe orar, y Dios le dará vida al hermano. Pero debe tratarse de un pecado por el que no vaya a perder la vida eterna. Porque hay pecados por los que se puede perder la vida eterna, y quiero decirles que no se debe orar por quienes los cometen.
