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Apocalipsis 20:2 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

2 Este ángel capturó al dragón, aquella serpiente antigua que es el diablo, llamado Satanás, y lo encadenó durante mil años.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sujetó con fuerza al dragón —la serpiente antigua, quien es el diablo, Satanás— y lo encadenó por mil años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Sujetó al monstruo, la serpiente antigua, que es Satanás o el diablo, y lo encadenó por mil años.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua,° que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Se apoderó del dragón, de la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años.

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Apocalipsis 20:2
31 Referencias Cruzadas  

Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los mandó al infierno. Allí están, encadenados en la oscuridad, hasta que llegue el día en que Dios juzgue a todos.


Arrojaron del cielo al gran dragón, que es la serpiente antigua: el diablo, llamado Satanás. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra, y se dedican a engañar a todo el mundo.


Así pasó también con los ángeles que rechazaron y dejaron el lugar de honor que Dios les había dado. Dios los tiene atados para siempre con cadenas, y están encerrados en lugares oscuros hasta que llegue el gran día del juicio final.


Ahora es cuando la gente de este mundo va a ser juzgada; y el que manda en este mundo, que es el diablo, será echado fuera.


Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo el diablo anda buscando a quien destruir, como si fuera un león rugiente.


Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y mujeres.


Así el Dios de paz pronto vencerá a Satanás y lo pondrá bajo el dominio de ustedes. ¡Que Jesús, nuestro Señor, siga mostrándoles su amor!


Este monstruo parecía leopardo, pero tenía patas de oso y hocico de león. El dragón le entregó a este monstruo su poder y su reino.


Entonces el dragón se enojó mucho contra la mujer, y fue a pelear contra el resto de sus descendientes, es decir, contra los que obedecen los mandamientos de Dios y siguen confiando en el mensaje de Jesús.


El dragón arrojó mucha agua por la boca, y con el agua formó un río para que arrastrara a la mujer.


Cuando el dragón se dio cuenta de que había sido lanzado a la tierra, empezó a perseguir a la mujer que había tenido al niño.


Jesús ordenó al espíritu malo: --¡Espíritu malo, sal de este hombre! Entonces el espíritu malo le contestó a gritos: --¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo? ¡No me hagas sufrir! ¡Por Dios, te pido que no me hagas sufrir!


los demonios gritaron: --¡Jesús, Hijo de Dios!, ¿qué vas a hacernos? ¿Vas a castigarnos antes del juicio final?


Todos adoraron al dragón, porque le había dado su autoridad al monstruo, y también adoraron al monstruo. Decían: 'No hay nadie tan fuerte como este monstruo. Nadie puede luchar contra él'.


El ángel del Abismo es el jefe de los saltamontes. En hebreo se llama Abadón, y en griego se llama Apolión; en ambos idiomas, su nombre quiere decir 'Destructor'.


Y todos los que por seguirme hayan dejado a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos o a sus hermanas, al padre o la madre, su casa o un terreno, recibirán cien veces más de lo que dejaron, y tendrán además vida eterna.


Las semillas que cayeron en el camino representan a los que escuchan las buenas noticias; pero cuando viene fSatanás, hace que olviden todo lo que oyeron.


De pronto se vio en el cielo algo también grande y misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.


Con la cola arrastró a la tercera parte de las estrellas del cielo, y las tiró a la tierra. El dragón se detuvo frente a la mujer, para comerse al niño tan pronto como naciera.


Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión,


Y el diablo, que los había engañado, será arrojado al lago donde el azufre arde en llamas, donde también fueron arrojados el monstruo y el falso profeta. Allí serán atormentados todos ellos para siempre, de día y de noche. El juicio final


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