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Números 14:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Mejor que muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto que muriéramos!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sus voces se elevaron en una gran protesta contra Moisés y Aarón: «¡Si tan solo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! —se quejaban—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Los israelitas se enojaron con Moisés y Aarón y toda la comunidad les dijo: '¿Por qué no morimos mejor en Egipto? ¿Por qué no morimos mejor en el desierto?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea les dijo: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto!, ¡Ojalá muriéramos en este desierto!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Todos los israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y la comunidad entera les dijo: '¡Ah, si hubiéramos muerto en tierra de Egipto, o si muriéramos al menos en este desierto!

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Números 14:2
31 Referencias Cruzadas  

Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?


El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo del SEÑOR.


Así que el pueblo tuvo allí sed de agua, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, y a nuestros hijos y a nuestros ganados?


Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.


Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.


Y acaeció que saliendo el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y pedía su alma la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que mi vida.


Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.


Y aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra;


y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque el SEÑOR nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos.


Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.


Y aconteció que el pueblo se quejó a oídos del SEÑOR; y lo oyó el SEÑOR, y se enardeció su furor, y se encendió en ellos fuego del SEÑOR y consumió en el extremo del campamento.


y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.


¿Por qué no morí yo desde la matriz, o fui traspasado saliendo del vientre?


Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh SEÑOR, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.


Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron; aunque no todos.


Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, y de los melones, y de los puerros, y de las cebollas, y de los ajos;


Entonces toda la congregación alzaron grito, y dieron voces; y el pueblo lloró aquella noche.


Porque todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,


¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?


Y riñó el pueblo con Moisés, y hablaron diciendo: ¡Mejor que nosotros hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante del SEÑOR!


Y ¿por qué hiciste venir la congregación del SEÑOR a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?


Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste venir de Egipto para que muramos en este desierto? Que no hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.


antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz del SEÑOR.


Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?


Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, por todas doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.


Y no hubo agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.


Y cuando el SEÑOR os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y heredad la tierra que yo os he dado; también fuisteis rebeldes al dicho del SEÑOR vuestro Dios, y no le creisteis, ni escuchasteis a su voz.


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