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Joel 2:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; que sobre los montes se derrama como el alba; un pueblo grande y fuerte; nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Es un día de oscuridad y penumbra, un día de nubes densas y sombras profundas. De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, aparece un ejército grande y poderoso. Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nubes y de espesa niebla! Ahí viene un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro ni lo habrá después de él, avanza y se extiende como una sombra sobre los cerros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Día de tinieblas y lobreguez, Día de nublado y de densa oscuridad. Como negrura que se extiende sobre los montes, Es un pueblo grande y poderoso, Nunca hubo nada igual, Ni lo habrá° en muchas generaciones.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Día tenebroso y oscuro, día nublado y sombrío. Como la aurora, así se extiende por los montes un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo nunca desde que existen los siglos, ni lo habrá después de él hasta las generaciones más lejanas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Día de tinieblas y de lobreguez, día de nubes y de densa oscuridad, así como sobre las montañas se extiende el alba; un pueblo grande y fuerte; nunca ha habido algo semejante, ni lo habrá después, incluso por años de muchas generaciones.

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Joel 2:2
34 Referencias Cruzadas  

Dice en su corazón: No seré movido en ningún tiempo, porque no me alcanzará el mal.


Nube y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el asiento de su trono.


Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todos los términos de Egipto, en gran manera grave; antes de ella no hubo langosta semejante, ni después de ella vendrá otra tal;


Y se llenarán tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió, y salió de la presencia del Faraón.


Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó a la oscuridad en la cual estaba Dios.


Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación; y en sus cielos se oscurecerá la luz.


y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.


Dad gloria al SEÑOR Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la torne en sombra de muerte y tinieblas.


Y sucedió que al cabo de muchos días me dijo el SEÑOR: Levántate, y ve al Eufrates, y toma de allí el cinto que te mandé escondieses allá.


Lámed : ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque el SEÑOR me ha angustiado en el día de la ira de su furor.


Y cuando te hubiere muerto, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz.


Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.


Y tú subirás, vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú, y todas tus compañías, y muchos pueblos contigo.


Mas en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta entonces; mas en aquel tiempo tu pueblo escapará, todos los que se hallaren escritos en el libro.


Y él afirmó su palabra que habló sobre nosotros, y sobre nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; que nunca fue hecho debajo del cielo como el que fue hecho en Jerusalén.


Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.


Y os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón, y el revoltón; mi gran ejército que envié contra vosotros.


El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso del SEÑOR.


Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla.


Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Palestina? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.


Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace a las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; el SEÑOR, Dios de los ejércitos, es su Nombre.


Calla delante de la presencia del Señor DIOS, porque el día del SEÑOR está cercano; porque el SEÑOR ha aparejado sacrificio, prevenido a sus convidados.


Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.


porque habrá entonces gran tribulación, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será.


Porque aquellos días serán de aflicción, cual nunca fue desde el principio de la creación de las cosas que creó Dios, hasta este tiempo, ni será.


Acuérdate de los tiempos antiguos; considerad los años de generación y generación; pregunta a tu padre, que él te declarará; a tus viejos, y ellos te dirán;


Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,


fieras ondas del mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, a las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.


Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.


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