Ya no vemos nuestros símbolos sagrados; ya no hay ningún profeta, y ni siquiera sabemos lo que esto durará.
No vemos ya nuestras señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
Ya no vemos tus señales milagrosas; ya no hay más profetas, y nadie puede decirnos cuándo acabará todo esto.
Ya no vemos signos de ti, ya no hay profetas, y nadie entre nosotros que nos diga hasta cuando.
No vemos ya nuestras señales, No hay más profeta, Ni hay entre nosotros quien sepa hasta cuándo.
Nosotros ya no vemos nuestros signos: no existe ya un profeta, ni hay entre nosotros quien comprenda hasta cuándo.