Dicen: «¡Persíganlo y agárrenlo, pues Dios lo ha abandonado y nadie puede salvarlo!»
Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
Dicen: «Dios lo ha abandonado. Vayamos y agarrémoslo, porque ahora nadie lo ayudará».
Dicen: 'Dios lo ha abandonado; persíganlo y agárrenlo, nadie lo ayudará'.
Diciendo: ’Elohim lo ha desamparado, ¡Perseguidlo y prendedlo, pues no hay quien lo libre!
'Dios le tiene abandonado: acosadle y prendedle: no hay nadie que le salve'.