3 (4) Pues mi vida se acaba como el humo, mis huesos arden como brasas,
Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados.
Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo.
Pues mis días se esfuman, mis huesos se consumen como brasas;'
Porque los días se desvanecen como humo Y mis huesos arden como leña seca.
No me ocultes tu rostro el día de mi angustia; inclina tus oídos hacia mí y, en la hora en que te invoco, respóndeme en seguida.