Lo que al principio se adquiere fácilmente, al final no es motivo de alegría.
Los bienes que se adquieren de prisa al principio, No serán al final bendecidos.
Una herencia que se obtiene demasiado temprano en la vida al final no es de bendición.
Fortuna adquirida en pocos días no prosperará después.
Herencia adquirida con rapacidad al comienzo, No será bendita en su fin.
La fortuna amasada con presteza no será al final bendecida.