Mientras tanto, vienen a mí gritando: “¡Te reconocemos como el Dios de Israel!”
A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido.
Ahora Israel me suplica: “¡Ayúdanos, porque tú eres nuestro Dios!”.
Ellos me aclaman: 'Dios mío, nosotros los de Israel te conocemos.
A mí clamarán: ¡Dios mío, nosotros, Israel, te conocemos!°
Ellos me invocan: '¡Dios mío!'. '¡Te conocemos los de Israel!'.