Viven del pecado de mi pueblo; por eso anhelan que mi gente peque.
Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma.
»Cuando la gente lleva su ofrenda por el pecado, los sacerdotes se alimentan. ¡Por eso se alegran cuando el pueblo peca!
Y como comen de los animales que mi pueblo ofrece por el pecado, les conviene que mi pueblo siga pecando.
Se ceban con la ofrenda° del pecado de mi pueblo, Y a la iniquidad de éste elevan su anhelo.°
Del pecado de mi pueblo se alimentan, y a la iniquidad dirigen su apetito.