El dueño volvió a mandar más criados que al principio; pero los labradores los trataron a todos de la misma manera.
Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
Entonces el dueño de la tierra envió a un grupo más numeroso de siervos para recoger lo que era suyo, pero el resultado fue el mismo.
El propietario volvió a enviar a otros servidores más numerosos que la primera vez, pero los trataron de la misma manera.
De nuevo envió a otros siervos, más que los primeros, y les hicieron igualmente.
Nuevamente envió otros criados más numerosos que los primeros, y con ellos hicieron lo mismo.